La cantidad de horas de entrenamiento que realiza un nadador es otro aspecto característico de la natación. Un nadador de cierto nivel suele entrenar once meses al año aproximadamente, durante seis días a la semana y con una carga de seis horas diaria, dependiendo del nivel de excelencia.
Esto supone que al cabo de una temporada un joven ha realizado una carga de unas 1600 horas de entrenamiento. Si traducimos ese número de horas a metros recorridos, encontramos que un nadador puede haber realizado más de 2.600 kms. -sólo durante una temporada-, todo ello sin olvidar que se realiza en un medio distinto, el acuático.
Estas cifras por si solas pueden dar una idea de la dificultad que entraña esta práctica deportiva. Si comparamos estos datos con los entrenamientos realizados por cualquier otro deportista se pueden apreciar más, si cabe, su extremada dureza.
Ese esfuerzo, en cuanto a tiempo invertido y distancia recorrida en los entrenamientos, resulta también espectacular si se contrasta con el tiempo que le dedican a la competición, ya apenas se participa en una docena de competiciones al año. Esta cantidad, en un velocista, supone –aproximadamente- doce minutos de participación activa.
Resulta chocante que haya que entrenar unas 1600 horas al año para estar compitiendo, escasamente, 12 minutos. Ante estos datos resulta evidente que la competición, en mayor medida que en otros deportes, representa una mínima parte de la punta del iceberg. Por esta razón consideramos necesario que el entrenador psicológico centre su labor de manera fundamental en lo que acontece durante los entrenamientos, sobre todo en niveles inferiores o con nadadores jóvenes. Tenemos que pensar la dureza del recorrido que tiene que hacer un nadador para alcanzar niveles altos de excelencia, y que sólo los más fuertes mentalmente serán capaces de alcanzar. Muchos otros jóvenes por carecer de esa ayuda, a pesar de poseer buenas cualidades físicas, quedarán por el camino… (Dosil, en prensa).
Adaptado de:
PSICOLOGÍA APLICADA A LA NATACIÓN
Félix Guillén García
José Jacinto Vasconcelos-Raposo